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FUNDACIÓN DEL SITIO “AGUSTÍN ARRIAGA RIVERA”


La historia del transporte público en nuestra ciudad está llena de un cúmulo inenarrable de sentimientos, anécdotas, recuerdos de modelos de autos; de recorridos de Zamora la vieja, aquélla que se circunscribía por el Oriente a la Garita de Naranjos, la intersección de Juárez con la 20 de Noviembre; por el Oriente al Rastro Viejo, esquina de Juárez y Galeana; por el Norte a la estación de ferrocarril y por el sur a la calle de Corregidora, antes de entre río y acequia. Los primeros sitios de autos de alquiler o taxis, el Esfuerzo Obrero y el Morelos, se asentaron en los perímetros Oriente y Poniente de la Plaza Principal de Nuestra ciudad, los que junto a los primeros “circunvalaciones” que existieron –denominados el uno y el dos y propiedad de don Alfonso Cerpa-, otorgaban el servicio de transporte público de los zamoranos en las décadas de los cuarentas y cincuentas del siglo pasado, siguiendo la directriz trazada por Antonio Plancarte y Labastida con el tren Zamora-Jacona. Por los años sesentas, nuestra ciudad contaba con cerca de cuarenta mil habitantes lo que implicaba la necesidad de contar con un servicio de transporte colectivo, así como de un servicio particularizado (taxis), de quienes iban a viajar en los autobuses foráneos o en el ferrocarril. Este tipo de servicio era también utilizado por quienes recurrían a la asistencia médica del antiguo Hospital Civil de nuestra ciudad y ya los más osados, viajaban a la capital del Estado o a municipios alejados del nuestro. El servicio de taxis también era utilizado por quienes hacían de la noche su modus vivendi y sus fiestas. Por circunstancias primero laborales y posteriormente por la necesidad propia del crecimiento demográfico de la ciudad, era necesario un nuevo sitio de autos de alquiler. Así inicia la formación de lo que será el Sitio “Arriaga Rivera”. Alfonso García Acevedo, fundador del nuevo sitio de autos de alquiler, había trabajado en el Sitio Morelos con Mariano Cacho y por un castigo, junto a otros compañeros, impuesto por el término de quince días, decidieron buscar la concesión de nuevos permisos; desconociendo que con ello se enfrentarían a diversos y múltiples obstáculos, desde el ser considerado don Alfonso como “comunista”, “hijo de Castro Ruz” y otros epítetos para quienes defienden sus derechos. Los recuerdos de nuestro entrevistado a quien apodan cariñosamente “la ranita”, se van desgranando de una manera lógica y detallada: El licenciado Octavio Mota Maciel los asesoró para que primeramente se unificaran quienes serían los nuevos permisionarios y posteriormente viajar a Morelia a solicitar al Gobierno del Estado las concesiones. Alfonso García recuerda la odisea de sufrimientos vivida en aquellos años: viajar en un vehículo de redilas prestado o de aventón; llegar a Morelia a dormir a las terminales de autobuses, para finalmente ser invitados a dormir en la casa del estudiante y ser apoyados por el secretario de los tablajeros de Morelia, quien los invitaba a comer tripa e hígado. Ante la situación que enfrentaban, Alfonso García recuerda, a poco más de 5 décadas de la formación del sitio, que más de cuarenta compañeros abandonaron el movimiento iniciado por él y por la negativa sistemática de don David Franco Rodríguez de otorgar más permisos de taxis para Zamora. Después de más de un año y con apoyo de diversas personas, de entre los que sobresalen el Presidente Municipal de aquel entonces, Don Jesús García López quien fue el que les otorgó el lugar en el Jardín del Teco para que ahí colocaran el sitio, así como otorgar el permiso para que construyeran su caseta donde estuviera su oficina y el despachador. La intervención de los líderes de la CTM en esta ciudad: Cipriano Ramírez y Francisco Salcedo, quienes los apoyaron en los trámites que ellos realizaban en la Ciudad de Morelia y aquí, ante las autoridades municipales. Además de personas que de buena voluntad los apoyaron, sobresaliendo don David González quien les daba autorización para que en su propiedad se realizaran las reuniones de los nuevos taxistas; así como el invaluable apoyo de uno de los personajes más importantes de la Zamora contemporánea: Don Carlos Verduzco, propietario de la “fabriquita de hielo el Chorrito” y posteriormente el “agua del Teco, con el slogan publicitario creado por él: bebe d’ esta”, quien les prestó una extensión de su línea telefónica, elemento indispensable para otorgar un buen servicio a la ciudadanía. Así, el 13 de abril de 1962, el presbítero Juan Luna, vicario del templo del Calvario bendijo las oficinas del sitio “Agustín Arriaga Rivera”, poniéndose así en servicio el que fuera el tercer sitio de taxis en Zamora. A la inauguración invitaron a diversas personalidades, en la gráfica que acompaña este trabajo aparece Don Carlos Verduzco en el extremo izquierdo de la fotografía, así como el carro de don Alfonso García, carro que orgullosamente dice don Alfonso, “fue el primer carro pintado con los colores rojo y blanco –de taxi- en el Estado de Michoacán”. Ya en funcionamiento el sitio, Agustín Arriaga Rivera Gobernador del Estado de Michoacán, se apersonó en la oficina del mismo, el 28 de junio de 1966, para conocer algunas de las necesidades de los trabajadores del volante, así como para agradecerles que hayan puesto su nombre al sitio. Don Alfonso recuerda algunos de los nombre de los permisionarios fundadores del Sitio Agustín Arriaga Rivera: Alfonso García Acevedo; Reyes López Reséndiz; Salvador Pulido; Salvador Pimentel Melgoza; Ricardo Barboza; Ricardo Dueñas; José Zamudio; Jesús García Acevedo; José Rosales Rosales e Ignacio Miranda, entre otros. La historia del transporte público de Zamora está por escribirse; sirva éste pequeñísimo ensayo como apunte inicial para no olvidar a quienes, de manera organizada, lograron crear un servicio que hoy se extraña en la circunferen


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