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DESCRIPCIÓN DE EDIFICIOS PÚBLICOS EN ZAMORA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX


Trienio con trienio, la plaza principal de nuestra ciudad es objeto de “mejoras o remodelaciones”, al gusto personal o de partido político que triunfa en las elecciones municipales. A más de un siglo de distancia, el hecho no es, como consideran algunos, novedoso. En el número 8 del “Boletín de la Sociedad Michoacana de Geografía y Estadística”, del 30 de abril de 1907, se le dedica un espacio fotográfico, acompañado de texto, a la remodelación que se realiza en la plaza principal de nuestra ciudad, incluyendo el nombre que se le asigna, del cual se retiraron las placas que aún existían hasta hace muy poco tiempo en las canteras de la Catedral. PLAZA “CARMEN ROMERO RUBIO DE DIAZ” En la ciudad de Zamora (Nuestro fotograbado) Obsequiamos hoy a nuestros estimables lectores con un buen fotograbado que representa la plaza “Carmen Romero Rubio de Díaz” de la ciudad de Zamora, que es sin duda alguna por su positiva importancia la segunda población de Michoacán. La plaza de referencia, por su magnífica pavimentación de cemento, por su elegante kiosco y por la exquisitez de las plantas que ornamentan su jardín, constituye en la actualidad un ameno sitio de recreo, a que presta singular atractivo la profusa dotación de lámparas eléctricas que forman el alumbrado público. Lasimportantes mejoras emprendidas en esa plaza a iniciativa del Prefecto de la localidad, Sr. Francisco de P. Aguado, fueron realizadas merced al decidido apoyo que les impartió el Gobierno, y se inauguraron solemnemente por el Sr. Gobernador D. Aristeo Mercado, el día 16 de Julio de 1905. Lleva dicha plaza el nombre de “Carmen Romero Rubio de Díaz” como un justo tributo de admiración y respeto que el pueblo michoacano quiso consagrar a la honorable esposa del Señor Presidente de la República, General Don Porfirio Díaz, en gratitud a la prodigalidad con que tan distinguida Señora, fundadora de la Casa Amiga de la Obrera, derrama sus beneficios sobre la mujer mexicana”. De la misma manera, en el número 12 del mismo boletín, fechado el 30 de junio del mismo año (1907) y como continuación de la política editorial que se propuso el boletín sobre hacer un recuento minucioso de los “Monumentos, construcciones y edificios artísticos e históricos de Michoacán”, se publica lo existente en nuestra ciudad. Sobresale la respuesta que el encargado de realizar el padrón de los edificios –el Lic. Pablo Vargas- publica en el boletín correspondiente:

“En cumplimiento de la comisión que la Honorable Corporación Municipal se sirvió darme para investigar el origen, la existencia, estado actual y demás circunstancias de los pocos edificios públicos que hay en nuestra población, he registrado escrupulosamente los datos que se han podido reunir para este objeto.- No se conservan documentos escritos que demuestren cuál fue el objeto u origen exacto de algunos edificios con que cuenta la población. Tradiciones más o menos obscuras, versiones más o menos exactas, es todo lo que hay. La pérdida irreparable que sufrieron nuestros archivos en los años de 1833, 1858 y 1863 han dejado en la obscuridad, cosas y hechos que pudieran comprobarse con documentos entonces perdidos. Pero la mano de las revoluciones cayó sobre nuestra población y en esas distintas épocas, presa las más veces, no en poder de guerreros, que ansiaban el triunfo de sus ideas, sino de guerrilleros que para hacerse de prosélitos, excarcelaban a los presidiarios, quienes no queriendo dejar huellas de sus pasados hechos al par que saqueaban las poblaciones, destruían los archivos de las oficinas públicas, creyendo que todos sus documentos, eran expedientes de causas criminales donde estaban consignados y comprobados sus delitos. Bajo esa falsa idea, destruyeron cuanto a su paso encontraron y pudieron haber a la mano. ¡Quién sabe si en el recinto de los edificios que hoy quedan pasaron cosas dignas de consignarse en la historia!- Pero los acontecimientos pasan, los ojos que los vieron se han cerrado para siempre. La tradición muere con los años, como un fuego que nadie cuidó de recoger, ¿y quién podrá penetrar entonces en la noche del pasado?- Por este motivo los datos que aquí consigno, no tienen el carácter de autenticidad que deberían tener, como lo requiere cualquier documento oficial. Son noticias recogidas de personas que no cuidaron de conservar ningún dato, ninguna fecha; y que al ser preguntadas aun vacilo, porque confunden las épocas, ya no digo las más remotas, sino aún aquellas próximas, y que se refieren a hechos de que fueron testigos en su niñez. Bajo estas bases entraré en materia para hablar del edificio que sirve de Casa Municipal, de la Cárcel, Hospital Civil, Administración de Rentas y de los templos que hay en este lugar. Casa Municipal.- Según tradiciones vagas, la casa municipal fue en otro tiempo, la casa de Hacienda de los Espinos, propiedad de los señores Jaso, quienes la cedieron al Ayuntamiento en cambio de ciertas concesiones que se hicieron a aquella gente. Verdad o no, lo cierto es que la finca sólo despierta en nosotros la idea de un caserón rural. Nada en él llama la atención, pues el orden arquitectónico a que pertenece fue estropeado al gusto del constructor. Nada hay en él que sea cómodo, la distribución de sus piezas, corredores y demás dependencias, no demuestran otra cosa que falta de orden y de gusto. Durante muchos años estuvo abandonado ese edificio que está situado en el lado sur de la plaza principal, contra esquina de la iglesia que hoy es la Catedral. Los materiales de su construcción son piedra, adobe, madera y teja. El señor don Cayetano Macías, durante el gobierno del Señor Licenciado don Bruno Patiño, y en su calidad de Prefecto del Distrito, restauró una parte del tal edificio para dar lugar a las oficinas públicas que en aquella época se encontraban en la casa del Beaterío junto al templo que hoy se llama “Purísima”. Esa reparación provisional ha evitado que el edificio se destruya o destruyera y perdiera completamente. Quitó además el mal aspecto que daba a la plaza un conjunto de edificios ruinosos que existían por ese lado en aquel tiempo.

Cárcel Pública.- La cárcel del Distrito fue construida a iniciativa del Sr. D. Marcelo Matos, uno de los munícipes que más simpatías se ha captado y que más servicios prestó durante la época de su administración. No es el edificio un modelo de este género. Realmente tiene muchos defectos. Se hizo con el objeto de dar seguridad y alojamiento a los presos del Distrito y se construyó sobre el asiento de la antigua cárcel, que no consistía en más, sino en dos calabozos y un patio. Hoy no obstante sus defectos, presta sus servicios del mejor modo posible. Aunque se han verificado algunas evasiones de presos de ella, han sido casi singulares y muy de tarde en tarde. Esto no tiene nada de extraño, atentos los defectos de que adolece y que aún en edificios bien construidos para ese objeto ha sucedido lo mismo. La planta de ese edificio es el de media cruz, en cuyos brazos están los ambulatorios y en sus lados inmediatos las celdas. En el centro está el patio rodeado de altas bardas. Se describen algunos otros edificios como el del Hospital Civil, la Administración de Rentas y los templos de la Catedral, El Templo de Nuestra Señora de los Dolores y el Santuario del Señor de la Salud; así como los que en aquel entonces estaban en proceso de Construcción: La Catedral, El Sagrado Corazón de Jesús y San José, de los que hablaremos en próxima edición, junto a una rectificación que se hace del edificio de la Cárcel Municipal. El informe está fechado el 15 de diciembre de 1905.


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