DE LA MUERTE DEL SEGUNDO OBISPO DE ZAMORA

En poco más de tres décadas que duró el obispado de don José María Cázares, el avance material de la diócesis fue impresionante. Mencionemos sólo tres o cuatro ejemplos de las construcciones católicas que en este periodo se iniciaron: la Catedral Inconclusa (hoy, Santuario Guadalupano); el Palacio Episcopal (hoy, Palacio Federal); la Basílica de Guadalupe (hoy, de San Juan Diego); el Teatro Obrero y el Templo Expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús. El Trabajo pastoral realizado por Cázares y Martínez fue de la misma magnitud que la material, ya que visitó en diversas ocasiones la extensa geografía de la Diócesis zamorana. El fundador de la orden de las Hermanas Siervas Pobres del Sagrado Corazón de Jesús se encuentra en proceso de beatificación ya que quienes han buscado su intercesión han logrado los favores requeridos encomendándose al obispo zamorano. Monseñor José María Aguilar nos pinta de manera brevísima su asunción al obispado zamorano: “El Ilustrísimo y Reverendísimo Sr. Dr. D. José María Cázares y Martínez nació en La Piedad, Mich., el día 2 de noviembre de 1832. Debido a su raro talento y grandes virtudes fue preconizado segundo Obispo de Zamora el día 15 de Julio de 1878, y consagrado por el Ilmo. Sr. Árciga en la Catedral de Morelia el día 20 de octubre del mismo año; pocos días después partió para su Diócesis y fue recibido con entusiasmo verdaderamente indescriptible el día 6 de noviembre del mismo año de su consagración. La toma de posesión se verificó el día 16 del mismo mes” (citado por don Arturo Rodríguez Zetina en su “Zamora, ensayo histórico y repertorio documental”. Ed. Jus, 1952). Después de 31 años de servicio pastoral y con 77 años de edad, dos renuncias a su ministerio por motivos de salud, aunque no aceptadas; logró que le auxiliara en sus labores un Obispo Coadjutor, primero, y posteriormente se le nombrara Administrador Apostólico de la Diócesis de Zamora; su salud fue mermando hasta enfermar de gravedad en la ciudad de Guadalajara, donde fallecería el último día de marzo de 1909. “Al sentirse el Sr. Cázares sumamente grave pidió los últimos sacramentos al Pbro. D. Amador Munguía, de esta Diócesis, quien se los suministró entre 9 y 10 de la mañana del día 30 ya citado (Marzo de 1909). Respondía pausadamente y con sumo fervor las preguntas litúrgicas, solicitó el perdón de los presentes, y una hora antes de entrar en agonía pidió la Santa Absolución. A las 4 y 10 minutos de la tarde, asistido del Sr. Canónigo Penitenciario D. Ramón Contreras, del Sr. Cura D. Rafael Calderón y de los Pbros. D. Francisco Villaseñor y D. Ignacio Sánchez entregó su alma al Creador… “…Mientras tanto se dieron los pasos necesarios para la traslación del cadáver a esta ciudad de Zamora, y concedida la autorización fue conducido a la estación del ferrocarril en hombros de varios caballeros de la mejor sociedad de Guadalajara y de gran multitud presidida por el Sr. Arzobispo de aquella Arquidiócesis, portando velas encendidas” (Arturo Rodríguez Zetina. PP. 251-289). De la autorización que aquí menciona Don Arturo Rodríguez Zetina es el siguiente telegrama: “Telegrama: De Zamora a Morelia. 1° de abril de 1909. URGENTE. Señor Secretario de Gobierno- AYER a las 4.15 P.M. Falleció en Guadalajara señor Arzobispo titular de esta Diócesis, Doctor don José María Cázares. HOY será trasladado cadáver a esta ciudad para mañana tributarle los honores póstumos. Señores capitulares suplican a Prefectura para que a su vez lo haga a C. Gobernador, que

sepelio se verifique en Catedral que constrúyese, por ser obra exclusiva del extinto. COMO edificio durará doce o quince años para su terminación y ponerse al servicio público, cree Prefectura no habrá inconveniente en que concédase permiso. Además, cripta fabricárase con todas condiciones del caso” (AMZ. Fondo: Gobernación. Exp. 88. Caja 83. Año 1909). A horas se recibió la contestación del Gobierno del Estado. 1° de Abril de 1909. C. Prefecto. El C. gobernador no encuentra inconveniente en que se conceda permiso para inhumar cadáver Sr Cázares en la Catedral en construcción, toda vez que esta no está al servicio público, ni habrá peligro para la salubridad. J. Manuel Real” (ídem) “Morelia, 2 de Abril de 1909. Sr. Prefecto. El C. Gobernador accedió a deseos señores García manifestados en telegrama de ayer y que Ud. conoce. J. Manuel C. Real” (Ídem). Ya en nuestra ciudad “La caja mortuoria que contenía los amados restos, bajó del tren en hombros de varios zamoranos, que recorrieron entre una valla de gente las calles de Iturbide (hoy Francisco I. Madero); 1ª de Las Rosas (hHoy lerdo de Tejada) y Morelos, hasta la Plaza Principal, para entrar a la Catedral, donde los recibió el Vicario General y Gobernador de la Sagrada Mitra, acompañado del Señor Prebendado Dr. D. Rafael Carranza, como Diácono, y del Sr. D. Pedro Pérez, como Subdiácono. La caja fue colocada en el túmulo que se levantó frente al Altar Mayor, donde fue velado por sacerdotes y seminaristas… …Al terminar las honras fúnebres, en hombros de sacerdotes fue conducida la caja con los venerables restos hasta la Catedral Nueva, en donde quedaron depositados en el ángulo noroeste hasta abril de 1921 en que fueron trasladados a la Catedral”